A las puertas del 1ro. de mayo
La persecución a los sindicatos.
Por: Miguel Ángel Albizures
Estamos próximos a la conmemoración del Primero de Mayo y la situación de la clase trabajadora empeora, de la guerra abierta a las organizaciones sindicales en la década de los ochenta, se pasó al desprestigio de la dirigencia y del movimiento sindical sin salvedad alguna y al asesinato, especialmente en el campo.
El saldo entre 2009 y estos primeros meses de 2010 es escandaloso, sin agregar a aquellos dirigentes sociales que se oponen a la minería o defienden el medio ambiente, y que han sufrido las consecuencias de sus posiciones y exigencias. Y que decir de los trabajadores de la prensa, especialmente en los departamentos en donde la prepotencia de autoridades municipales, de diputados o miembros del crimen organizado que se sienten afectados por publicaciones y proceden al ataque, la coacción o la amenaza para silenciarles. Una simple muestra de lo que sucede en el movimiento sindical y especialmente en la costa sur del país, es el exterminio de sindicatos de trabajadores agrícolas asalariados de los cuales prácticamente no quedan organizaciones sindicales en las plantaciones o ingenios azucareros, después de la pujanza que tuvieron y de las luchas que libraron. Si revisamos cada departamento, el desastre es preocupante, mientras que el sector empresarial se mantiene con una sonrisa de oreja a oreja y el Ministerio de Trabajo no hace nada para garantizar el derecho a la libre sindicalización.
Dentro de la clase trabajadora hay un sector doblemente explotado y abusado, pero además abandonado a su suerte por el Ministerio de Trabajo que nada hace por mejorar las condiciones humillantes en que realizan su trabajo. Esa situación se da a lo largo y ancho de las empresas maquileras en donde las mujeres y los hombres lloran en silencio su desgracia, pues quejarse les cuesta el trabajo, el pan, las tortillas, los frijoles y quizá la vuelta al campo que abandonaron por falta de oportunidades pensando que dejaban las llamas y vinieron a caer a las brasas en donde pasan la mayor parte de su tiempo. Un estudio reciente de Médicos del Mundo, nos trae los testimonios desgarradores de mujeres de diversas maquilas, que nos hace pensar en que estamos lejos de lograr el entendimiento entre capital y trabajo y que la lucha de clases, si bien no se manifiesta con una clase trabajadora ampliamente organizada y beligerante, sí en las condiciones paupérrimas que viven hombres, y en su mayoría mujeres, que dejan su vida en las maquilas.
Fuente: http://www.elperiodico.com.gt/
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