Notable incremento de las agresiones a periodistas en Guatemala
Los reportes de hechos violentos contra periodistas se incrementan en un 358% en 2009 respecto del año anterior, indica a Sala de Redacción Claudia Samayoa, coordinadora de la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos Guatemala (Udefegua).Redacción: Evelyn Blanck
Transcripción: Teresa Laines
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Con ocasión de la entrevista con esta defensora de defensores, es fácil observar los impactos de la violencia política que sufren las y los activistas de derechos humanos en Guatemala. Ella misma ha tenido que tomar medidas excepcionales, visibles, para resguardar su seguridad, ante las amenazas e intimidaciones recibidas recientemente.
Sus gestos de preocupación constituyen el marco en el que se desarrolla la charla con Sala de Redacción, durante la cual informa sobre los hallazgos del último censo sobre agresiones, amenazas, acosos e intimidaciones que afectan a las y los defensores en Guatemala.
Los gestos son comprensibles, las cifras muestran que durante 2009 hubo un agravamiento de la violencia política especializada, que no es explicable por un incremento vegetativo en el número de las denuncias, sino por la existencia de fenómenos sociales diferenciados. Es muy notable la brecha en el aumento de los índices agresiones con respecto a los de delincuencia común.
Los grupos más afectados, indica Samayoa, son de periodistas (con el porcentaje ya indicado y que se producen en su mayoría en los departamentos), pero también los defensores de la verdad (303%) y sindicalistas (255%). Las mujeres organizadas que luchan contra la violencia también son perjudicadas de manera significativa. “Y eso que ya el año pasado pusimos el grito en el cielo porque en 2008 el porcentaje de agresiones a sindicalistas llegó a un 84%, uno de los mayores registrado en los 10 años que tenemos de hacer el censo”, menciona la dirigente de la Udefegua.
Respecto de los casos de periodistas, Samayoa informa que han levantado una voz de alarma tanto en Guatemala como ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y han solicitado que la Relatoría de Libertad de Expresión esté muy atenta, pues consideran que muchos de los hechos acontecidos en 2009 pueden ser atribuidos a poderes políticos con intereses electorales, fenómeno muy evidente en regiones como Petén.
En ese departamento circuló en septiembre una lista con nombres de 11 periodistas amenazados, luego de publicadas algunas informaciones sobre presuntos casos de corrupción que involucraban la construcción de un centro comercial y afectaban recursos naturales.
“Fueron las típicas amenazas de cuando un poder desea enviar un mensaje. Agredieron a todos para distraer, incluyendo a periodistas que no cubrían notas de corrupción, pero de todos modos el mensaje fue claro y llegó, porque muchos dejaron de cubrir ese tipo de informaciones”.
Otra de las situaciones curiosas en el caso de las y los periodistas es que por lo general, alerta Samayoa, la violencia política se incrementa en el año electoral, pero acá ya estamos viviendo ese tipo de violencia dos años antes de las elecciones: “Esperamos que la situación no se agrave durante éste y el próximo año, ya que durante los periodos electorales suele agredirse a periodistas para provocar climas de inestabilidad”, expresa la defensora.
POR SUS DENUNCIAS Y SUS LOGROS
En los casos de las y los defensores de la verdad, la agudización de la violencia puede ser explicada por los logros de ellas y ellos durante 2009, estima Samayoa. Si bien no son todavía los resultados deseables, ella señala que sí hubo importantes logros en casos judiciales como el de Chuatalum, Chimaltenango, la primera sentencia contra un ex comisionado militar por desaparición forzada, pero que además abrió el paso a la sentencia contra un alto mando militar, por la desaparición de varios campesinos de la aldea El Jute, Chiquimula.
Otros logros durante 2009 fueron la desclasificación de archivos con planes militares como el Sofía y el Victoria ‘82, así como las transmisiones masivas y directas de testimonios de víctima de genocidio. Junto a esto, es notorio también que las agresiones contra las y los defensores de la verdad se producen durante un año de múltiples actividades de conmemoración del décimo aniversario del informe de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico.
De otro lado, la violencia contra sindicalistas parece obedecer a la denuncias de corrupción interna particularmente en instituciones públicas, como hospitales y alcaldías. De los 16 asesinatos registrados por la Udefegua el año pasado, la mitad son de sindicalistas. El número puede ser mayor, pues la Unidad no tiene aún capacidad para dar seguimiento a los casos de personas que son heridas y recluidas en hospitales.
En este punto de las agresiones contra sindicalistas, señala la defensora, es donde revisten importancia las acciones de presión alrededor de tratados comerciales con otros países como el Central America Free Trade Agreement (Cafta-DR), con Estados Unidos.
Otro de los fenómenos que se analiza es el de la violencia contra las defensoras, pues se repite el patrón observado en el caso de ejecuciones sumarias o arbitrarias durante el enfrentamiento armado, cuando uno de cada cuatro de estos casos fueron de mujeres.
Samayoa indica que los picos en gráficas de ataques contra mujeres se ven en 2006 y 2009. El primero de los años mencionados es cuando se logran importantes avances para la tipificación del feminicidio como delito, esfuerzos que culminan en 2008 y 2009 cuando surge y se comienza a aplicar la ley respectiva (decreto legislativo 22-2008).
La violencia contra las defensoras de derechos humanos también se observa en contra de mujeres que acompañan a víctimas de trata y violencia por narcotráfico. No obstante, la Udefegua advierte que hay un gran subregistro de estos casos, pues, en forma similar a lo que sucede con los periodistas, pocas denuncian las agresiones.
En cuanto a por qué los periodistas no denuncias los actos violentos en su contra, la coordinadora de la Udefegua estima que es por causas como miedo al ridículo ante sus colegas y autoridades, certidumbre de que no prosperarán los casos judiciales y falta de apoyo de las empresas de medios. “Por lo que ven durante las coberturas, ellos saben cómo operan el Ministerio Público y la Policía, así como el tiempo que implica seguir una denuncia, pero en la Unidad podemos apoyar”, expresa.
NO SE REPORTA
Un interés especial de Sala de Redacción al realizar esta entrevista era conocer si las y los periodistas difunden este informe y permiten que la sociedad guatemalteca esté enterada de la gravedad de la situación que enfrentan las y los defensores de Derechos Humanos, categoría que incluye a las y los periodistas.
Samayoa indica que aún cuando la Udefegua siempre está dispuesta a proporcionar la información requerida y atender los llamados de periodistas tanto departamentales como capitalinos interesados en obtener datos de sus localidades, pocos los solicitan.
“Sólo hay un medio nacional, dos internacionales y un corresponsal departamental de Cerigua, quienes nos piden constantemente información y difunden el reporte anual y los bimensuales que producimos. Es importante que cubran, porque esta información estadística pertenece a la sociedad y hay que colaborar para trasladársela, es útil incluso para que las y los periodistas puedan prevenir y protegerse, saber cuáles son las áreas de riesgo” responde.
La entrevista concluye y deja muy claro un panorama de represión agobiante y desolador, donde hasta ahora la prensa parece poco interesada en informar, alertar, analizar y trasladar propuestas de solución.
Fuente: http://www.saladeredaccion.com/
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