Sobrevivientes de masacre
de Panzós piden justicia
Paulo Ical y María Maquín, sobrevivientes de la masacre de Panzós, Alta Verapaz, acaecida el 29 de mayo de 1978, pidieron ayer a 32 años del hecho, justicia y que se agilicen las investigaciones por este caso, las cuales han estado paralizadas en los últimos dos años.
Al lugar habían llevado un documento que les entregó el Instituto Nacional de Electrificación (Inde) y pretendían entregarlo al alcalde, la encargada era Adelina Caal Maquín, abuela de María Maquín, sin embargo, al acercarse a la puerta de la comuna, la cual estaba cerrada, en lugar de salir un particular, salío un militar quien preguntó a Caal para qué habían llegado a ese lugar.
Caal, según Maquin, dijo que necesitaba entregar un documento al alcalde, pero el militar le respondió: "el lugar para ustedes es el cementerio". Este recuerdo está aún presente para Maquín, pues detalla que fue luego de esas palabras del castrense que se encontraba dentro de la comuna, quien seguido de eso levantó su mano y fue cuando unos 300 soldados que ya se encontraban alrededor del parque de Panzós, empezaron a disparar contra los manifestantes.
"Seguían a todos, hombres, madres con sus hijos y solo veíamos como caían", relató Maquín, quien estaba muy niña y logró correr para resguarda su vida.
En los cementerios clandestinos del lugar han sido localizados 35 cuerpos, sin embargo, creen que luego de la matanza muchos de los que quedaron heridos y lograron huir, murieron producto de las heridas, según Aura Elena Farfán, de Famdegua.
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