miércoles, 19 de mayo de 2010

Homenaje a Otto René Castillo

Homenaje a Otto René Castillo
Trotó por el mundo, pero volvió al país para cumplir su compromiso con la patria.

Miguel Ángel Albizures

Tenía entre el bolsillo pendiente de escribir sobre el justo homenaje que el 25 de abril, fecha de su natalicio, rindieron organizaciones sociales y autoridades municipales de la ciudad de Quetzaltenango, la cuna de Otto René Castillo, en donde develaron un busto, le pusieron su nombre a una calle y desfilaron niños y niñas que elocuentemente, frente a familiares del insigne poeta, declamaron sus poemas que siguen siendo un mensaje, un clamor por la patria que anhelaba y un zarpazo a la conciencia de quienes cobardemente pusieron fin a su vida.

Corría la década de los cincuenta, cuando el poeta ingresó al Partido Guatemalteco del Trabajo cuyas siglas PGT siguen provocando escozor a los dinosaurios. Otto René ya era miembro de la Asociación de Estudiantes de Posprimaria cuando lo sorprendió la intervención que paralizó las transformaciones del país que estaban en marcha. En 1954, a la edad de 18 años saboreó lo amargo del exilio refugiándose en El Salvador. Ya por ese tiempo se empezaba a escuchar la voz del joven poeta, era la voz de los que no tienen voz, era el grito del poeta por los que no podían gritar y a través de sus poemas trataba de hacer conciencia exclamando: “Un día, los intelectuales apolíticos de mi país, serán interrogados por el hombre sencillo de nuestro pueblo. Se les preguntará sobre lo que hicieron, cuando la patria se apagaba lentamente, como una hoguera dulce, pequeña y sola”. Ya en 1955, recibiría el Premio Centroamericano de Poesía; en 1957, el Premio Internacional de Poesía en Budapest otorgado por la Federación Mundial de Juventudes Democráticas; y en el 58, el premio Filadelfio Salazar con los cuales reconocían sus méritos.

Trotó por el mundo, pero volvió al país para cumplir su compromiso con la patria, en donde después de un enfrentamiento con el Ejército en la Sierra de las Minas, cayó preso junto a Nora Paiz, siendo conducidos a la base militar de Zacapa en donde sufrieron torturas a manos de un capitán del Ejército; y un 19 de marzo de 1967, fueron quemados vivos, en pleno gobierno de Julio César Méndez Montenegro. Su grito por la patria y su voz quiso ser apagada, pero aún se escuchan a través de las juventudes que levantan su bandera y declaman con fuerza sus poemas, entre ellos nunca falta el de Vamos patria a caminar yo te acompaño. Pero tal como lo señaló el escritor David Franco Monthiel: “Guatemala es un país donde la belleza inconmensurable de la naturaleza se ha dado por igual que el horror de la historia”, pero también no han faltado poetas que como Otto René y Roberto Obregón, que hicieron de su pensamiento una práctica que sirve de ejemplo a las nuevas generaciones.
Fuente: http://www.elperiodico.com.gt/



Arte Poetica
Hermosa encuentra la vida
quien la construye hermosa.

Por eso amo en ti
lo que tu amas en mi:

La lucha por la construcción
hermosa de nuestro planeta.
Otto Rene Castillo




fotos: Antonio Linares

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