lunes, 10 de mayo de 2010

“La Cofradía”

“La Cofradía”

“Ni preguntes”.
Por: Edgar Gutiérrez
¿Qué es La Cofradía? “Ni preguntes”, me dice un experto en asuntos de inteligencia. ¿Tan grave es la cosa? “Hablar de La Cofradía en tiempo presente te delata como alguien desinformado.” Pero si te acusan de ser miembro de La Cofradía y la califican de mafia criminal, objetivo estratégico de fiscales internacionales, ¿no te preocuparías? Le insistí, pero él sólo reprimió la risa.

En la reconstrucción del conflicto armado que coordiné para Remhi entre 1995 y 1998, varias fuentes se refirieron a La Cofradía como la elite de la inteligencia militar, que surgió como hermandad secreta en el gobierno de Romeo Lucas (1978-82); eran los directores de atroces operaciones clandestinas de guerra. Como toda sociedad secreta incluía ceremonias de iniciación y códigos de pertenencia; sus miembros pasaban a formar parte de la red mundial de la inteligencia anticomunista muy activa en la Guerra Fría.

Tras la caída del muro de Berlín (1989), esa comunidad global se fue debilitando y sus cabecillas se dispersaron. Unos se jubilaron, otros pasaron a ser consejeros de la nueva inteligencia o montaron firmas para asesorar gobiernos, corporaciones y particulares; los terceros son influyentes políticos de distinto signo ideológico, y hubo quienes se vincularon al crimen organizado y al terrorismo convirtiéndose en formidables desafíos para el nuevo orden internacional.

En Guatemala ocurrió lo mismo, aunque la marca Cofradía pervive. Quizá la confusión la avivó una publicación de Wola, Los Poderes Ocultos (2004). Con poco rigor el think tank de Washington identifica supuestos aparatos clandestinos. Da vida como estructuras independientes a lo que en realidad operaba como redes de distinta jerarquía y desigual relación. Usa la identidad genérica de Cofradía para calificar la actividad ilícita de algunos de sus miembros tras el conflicto. Y, sin embargo, deja sin nombrar a los poderes ocultos más poderosos y vigentes.

El informe del Remhi (1998) identifica a una docena de integrantes de La Cofradía hace 30 años. En el período democrático varios de ellos siguieron vigentes influyendo en los centros de poder: rondan partidos, gobiernos, corporaciones, medios, estructuras de seguridad, y algunos montaron aparatos clandestinos de apoyo a poderes fácticos lícitos e ilícitos (narcotráfico y contrabando). Para tener noción de la lógica de los poderes ocultos en Guatemala hay que estudiar la Florencia de los mercaderes y no la mafia siciliana.
Fuente: http://www.elperiodico.com.gt/

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