Las madres en la maquila
Por Miguel Ángel Albizures - Guatemala, 12 de mayo de 2010
Ser joven. Requisito indispensable.
“Maquilas: bienvenidos a zona sin derechos” dice de golpe la introducción a un importante estudio realizado por Médicos del Mundo en empresas maquiladora en donde dejan su vida un alto porcentaje de mujeres, en su mayoría jóvenes e indígenas, que no gozan de los más elementales derechos; y donde tener un hijo o resultar esperando un niño o una niña, se convierte en delito penado con el despido o la negación del derecho al trabajo.
Queremos hoy dar espacio a quienes no tienen derecho de hablar, a denunciar, a exigir pues el perfil requerido por la mayoría de empresarios maquileros y recogido en el informe es “ser joven, el 77 por ciento de las mujeres son menores de 30 años. Para ser contratadas no deben estar embarazadas y muchas veces deben demostrarlo sometiéndose a interrogatorios y exámenes –análisis de orina, una declaración firmada, palpación del abdomen– que violan la intimidad y van en contra del Código de Trabajo.
Si son casadas, es seguro que no se les contrata, a pesar de que las leyes de Guatemala prohíben toda discriminación entre mujeres solteras y casadas. Pero en las maquilas prefieren a las mujeres solteras para evitar los costos de los embarazos, pues tampoco dan permisos para controles pre y post natales, y para ellos, según el estudio, la maternidad trae “responsabilidades familiares que implican una menor disponibilidad para trabajar”. No se trata de todas las fábricas, hay maquilas que pueden ser ejemplo, pero en la mayoría las condiciones son pésimas y el derecho de organización sindical no existe.
Según el estudio, de 530 trabajadoras entrevistadas solamente 56 declararon no haber experimentado nunca violencia verbal o física, amenazas de despido, sanciones económicas o acoso sexual, que soportan por miedo de perder su trabajo. El 90 por ciento han sufrido toda clase de abusos, mientras las autoridades del Ministerio de Trabajo ni vistas ni oída por este tipo de centros de trabajo, que difieren poco de la esclavitud. Estas industrias gozan de privilegios como: exoneración del IVA, del Impuesto sobre la Renta y durante 10 años exoneración total de impuestos, pagando los salarios más bajos de Guatemala. En nuestro país se necesitan fuentes de empleo, pero no centros de concentración en donde las mujeres mueren lentamente laborando 10 o 12 hora diarias para luego ser lanzadas a la calle sin prestación alguna.
Fuente: www.elperiodico.com.gt - 110510
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