En 1960, hace 50 años
Por César Montes - Guatemala, 19 de febrero de 2010
Hace 50 años que los militares patriotas se rebelaron el 13 de noviembre de 1960. Algunos de ellos aún sobreviven, como Chur del Cid; otros, la mayoría, han muerto, muchos de ellos heroicamente como Yon Sosa y Luis Trejo. En un accidente automovilístico Luis Augusto Turcios Lima. Ninguno de ellos era comunista, izquierdista, ni siquiera democrático.
La mayoría era de compatriotas preocupados del deterioro interno de su institución armada, del desprestigio que las payasadas y corrupciones del presidente de turno acarreaban para el país, pero por sobre todo indignados por la violación de la soberanía nacional. La CIA y el Pentágono pusieron a oficiales gringos que estaban entrenando a cubanos anticastristas en la Finca Helvetia de Retalhuleu. La Embajada norteamericana apoyó incondicionalmente a Ydígoras, quien con la presencia del propio embajador emplazó a los pilotos guatemaltecos para que no levantaran sus aviones contra el presidente títere. En cambio los pilotos norteamericanos sobrevolaron el territorio nacional bombardeando las bases militares de Zacapa y Puerto Barrios. Esa era la inmoralidad de los políticos de aquella época.
Ante la sublevación de los militares nacionalistas, autorizar aeronaves extranjeras para que bombardearan a los mejores hijos del Ejército nacional. Todo para servir a los planes que se convirtieron en obsesivos contra la Cuba revolucionaria que en ese año ni siquiera se reconocía como socialista.
Hace 50 años mí cuñado Ernesto Pinto viajó en carro para Zacapa y en el camino le dimos aventón a uno de los oficiales rebelados que había quedado perdido en la ruta al Atlántico. No dudé un instante en decidir que con esos ex oficiales del Ejército valía la pena correr todos los riesgos de perder la vida a cambio de la posibilidad de tener una patria mejor. Desde el día que conocí al comandante Luis Augusto Turcios Lima, hasta que él murió, estuve junto a aquellos que en 1960 despertaron las esperanzas del país entero. Después Peralta Azurdia depuso con un golpe de Estado a Ydígoras. La Embajada norteamericana supo que ocurriría ese golpe.
Lo que en 1960 defendieron los norteamericanos y los mercenarios gusanos cubanos fue el proyecto de invadir Cuba. No querían militares patrióticos al frente del Ejército nacional. Peralta Azurdia era alguien incondicional a los intereses gringos y el senil presidente no le importó a los norteamericanos.
Hace 50 años se dieron las condicionantes que detonarían el conflicto armado que duró 36 años y que desangró el país. Las posiciones iniciales de aquellos militares fueron cambiando y los campesinos que los apoyaron en 1960 y los dos años posteriores, influyeron en la ideología prusiana de los ex oficiales.
Cuando en 1962 me integré con Turcios Lima, me envió a organizar a los achíes de Rabinal y pueblos vecinos. Me advirtió: “No les ofrezcas nada, pregúntales que quieren”. Volví y le informé: “Quieren tierra, un fusil para conquistarla y defenderla”. Así las razones de lucha por la madre tierra se convirtió en una de las más importantes de la lucha que sigue siendo válida hasta ahora. Por eso seguimos peleando por la tierra como una de las reivindicaciones nacionales. Ahora con las armas de la razón y el diálogo. Antes expusimos en 3 décadas, casi 4, nuestra vida, en condiciones verdaderamente infrahumanas. Sin pedir nada a cambio en las montañas, en la primera línea de combate.
Me río en la cara de los extranjeros o nacionales que ahora me califican de falto de ética o de ex revolucionario, o calificaciones insostenibles. Hay 50 años de pruebas irrefutables como para atender a urracas parlanchinas.
Fuente: www.sigloxxi.com
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