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América Latina y el Caribe, una región de paz
Fuera las Bases Militares Extranjeras
Reunidos en Porto Alegre, Brasil, en el marco de los eventos celebrados
durante el 10º aniversario del Foro Social Mundial, frente a una nueva
escalada agresiva del imperialismo, nosotros los movimientos sociales y
populares, redes, organizaciones, de las más diversas latitudes, nos
encontramos nuevamente al frente de una campaña como la que realizamos
contra el ALCA, para decir que América Latina es una región de paz, para
decir fuera las bases militares extranjeras!
América Latina, vive un proceso de cambio a más de una década. Hay una
creciente lucha por su soberanía, por los derechos y el bienestar de su
pueblo. Al mismo tiempo, el imperialismo estadounidense y sus aliados
aumentan las amenazas contra el pueblo y emprenden una reacción
conservadora a los cambios políticos que están en marcha.
En este contexto, hemos visto:
-Multiplicación de las bases militares con la creación de siete bases
militares en territorio colombiano, y la firma de tratados con Panamá
para la instalación de 11 bases militares en este país.
-Invasión militar en nombre de ayuda humanitaria tras la catástrofe
ocurrida en Haití;
- La reactivación de la IV Flota de la marina de guerra de los Estados
Unidos, armada con artefactos nucleares diseñadas para navegar en las
ricas aguas oceánicas y los ríos de América del Sur y el Caribe.
- Iniciativas de golpe de Estado, como ocurrió en Honduras, con el apoyo
logístico de la base militar de EE.UU. en Palmerola.
- Los planes para desestabilizar a países como Paraguay, Bolivia y
Venezuela.
- El recrudecimiento de las hostilidades y el mantenimiento del bloqueo
contra Cuba.
-Criminalización de la lucha social;
La expansión de la presencia militar de EE.UU. en la región busca,
además de intimidar los procesos políticos de transformación en la
región, posicionar su fuerza militar en áreas estratégicas de gran
riqueza natural, como la biodiversidad de la región amazónica y el
petróleo que se encuentran en aguas profundas del Atlántico Sur. Se
trata de un ataque real contra la paz, la seguridad y la soberanía de
todos los países de la región.
A diferencia de lo que difunden los círculos de poder y las fuerzas
conservadoras, el mundo no se ha convertido en un lugar pacifico, ni
seguro, ni tampoco estable. Planean sobre la humanidad graves amenazas
que ponen en jaque la paz mundial, la seguridad internacional, la
democracia, la justicia social y la soberanía de los pueblos y las
naciones.
En Asia Central, los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN aumentan
las fuerzas militares, intensifican la ocupación y la guerra, que
incluye los bombardeos y las acciones de tierra arrasada contra la
población civil. Iraq continua en llamas, transformado en un prototipo
del nuevo tipo de colonialismo militarizado, inaugurado en la era Bush y
continuado por el gobierno de Barak Obama.
En la ocupada Palestina el pueblo, mártir de su territorio ocupado por
Israel, es víctima de un genocidio que ocurre con el consentimiento y la
tolerancia de las potencias estadounidenses y europeas.
En cuanto se ataca el derecho internacional, la militarización alcanza
cotas sin precedentes. Los gastos militares aumentan, se multiplican las
armas nucleares, los Estados Unidos generar nuevos planes de defensa
anti-misiles, la OTAN ratifica su carácter agresivo, crece la presencia
naval de los países imperialistas en el Océano Índico, mientras que
África se torna aún más vulnerables con la creación del AFRICOM, el
comando militar de los Estados Unidos para el continente. Una vasta red
de bases militares se extiende por todo el planeta.
Todo este poderío no es una necesidad del mundo, pero lo es del sistema
económico que el imperio impone al mundo. Los objetivos son los que
siempre movieron al sistema imperialista - el control de los recursos
económicos, de las riquezas nacionales, el dominio de los mercados y la
lucha contra las transformaciones social.
La creciente militarización expresada en las más de 800 bases militares
estadounidenses alrededor del mundo, forman parte de la estrategia
económica y política del imperialismo de salida ante la crisis, para
preservar su modelo económico, para permanecer como potencia hegemónica
en el mundo, valiéndose, si necesario, del uso de la fuerza para
garantizar tales objetivos.
Nuestras organizaciones sociales condenan enérgicamente la escalada del
militarismo. Tenemos profundas convicciones democráticas, solidarias y
de defensa de la paz. Los pueblos toman consciencia de que la paz, en
oposición a la militarización y las guerras imperialistas, no sólo es un
valor a defender apasionadamente, como un medio indispensable para
asegurar la supervivencia y el desarrollo de la humanidad con justicia
social, democracia, derechos universales, distribución de la renta y la
riqueza y la soberanía nacional.
Reiteramos en este momento que Haití no necesita de la intervención
militar, y si que sea respetada su soberanía, instamos a todos los
países a realizar una cooperación solidaria, con médicos, profesores al
servicio del pueblo haitiano.
Como patriotas latinoamericanos y comprometidos con la solidaridad entre
los pueblos queremos dar nuestra contribución al logro de estos nobles
objetivos para hacer de América un territorio libre de bases militares
extranjeras.
América Latina y el Caribe una región de paz!
Fuera las bases extranjeras!
Organizaciones y redes internacionales:
Consejo Mundial por la Paz - CMP
Alianza Social Continental - ASC
Vía Campesina - CLOC
Encuentro Sindical Nuestra América
Marcha Mundial de Mujeres - MMM
Jubileo Sur - Américas
Compa
FDIM
OCLAE
OSPAAAL
Organizaciones nacionales:
Mopassol - Argentina
Cebrapaz - Brasil
MST – Brasil
CUT – Brasil
UBM _ Brasil
CONAM – Brasil
CTB - Brasil
MAB
Consulta Popular
Asamblea Popular
UJS – Brasil
MOVPAZ –
CMLK – Cuba
Frente nacional de Resistencia- Honduras
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