martes, 9 de febrero de 2010

El reto de elegir a un nuevo Fiscal General.

Los diputados y sus decisiones

El reto de elegir a un nuevo Fiscal General.
Por: Miguel Ángel Albizures
elPeriodico
Indudablemente, si estamos como estamos es por la composición del Congreso de la República que en cada acto los y las honorables sacan las garras, no por su capacidad de debate o de iniciativas de ley que presenten, sino por el tipo de decisiones que toman contrarias a lo que espera la sociedad. No se puede decir que levanten la mano inconcientemente, pues de sobra diversos sectores les han advertido lo contraproducente de elegir a determinadas personas para puestos importantes en el combate a la impunidad en que varios sectores están empeñados.

Casualmente, y después de tantas denuncias que se formalizaron en un recurso, la Corte de Constitucionalidad manda al Congreso enmendar la plana y le dice que de plano tiene que repetir la elección del Director del Instituto de la Defensa Pública Penal, tomando en cuenta el proceso que debe seguirse en estos casos y por supuesto los requisito de: capacidad, especialidad, idoneidad, honradez y honorabilidad comprobadas, puestas están en tela de juicio en la decisión tomadas por los diputados de elegir al licenciado Remberto Ruiz Barrientos, sin escuchar a las organizaciones pro justicia que fueron claras en exponer sus puntos de vista que no se tomaron en cuenta, como tampoco las sugerencias hechas por el comisionado Carlos Castresana de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) y que demuestran, en uno de sus últimos comunicados, las más de 45 denuncias contra él y procesos iniciados, de los cuales hay varios comprobados, así como denuncias de cohecho y prevaricato. No son suposiciones, sino hechos a los cuales la Comisión de Postulación, así como las y los diputados al Congreso se negaron a poner atención.

¿Qué interés hay en actitudes como estas? Lo único que se puede pensar es que la Comisión de Postulación y los diputados fomentan descaradamente la impunidad, que no están de acuerdo en un combate frontal a la misma, y que siguen favoreciendo intereses extraños. Por eso es importante que los buenos, los intachables, aquellos que pueden andar con la frente en alto, se presenten como candidatos a ese tipo de puestos. Ahora está el reto de proponer una terna para que se decida quién será el nuevo jefe del Ministerio Público. Dejar el espacio para que sólo quienes tienen la cola machucada se presenten como candidatos, para que otros que la tienen aplastada decidan seleccionarlos o elegirlos. No es el camino correcto, los honorables tienen obligación de jugárselas y contribuir a restablecer la confianza en el sistema de justicia.

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