GUATEMALA-STEIN

NO ERA NECESARIO UN GOLPE DE ESTADO

Por Marcela Fernández y Hugo Navarro

El ex vicepresidente Eduardo Stein se une a la condena local e internacional del golpe de Estado ocurrido ayer en Honduras, y repudia que el Ejército saque por la fuerza a un presidente electo en el ejercicio de sus funciones, cuando hay mecanismos institucionales para responder en contra de malas acciones de un gobernante.

¿Qué opina de lo ocurrido ayer en Honduras?

Como ciudadano demócrata y ex funcionario de un gobierno electo por el pueblo, no puedo admitir que el Ejército saque a un presidente en el pleno ejercicio de sus funciones.

Si él cometió abusos, hay instituciones democráticas en cada país para dar otra solución.

No puedo creer que en Honduras no existan instituciones para limitar a un gobernante; un claro ejemplo de ello sucedió con el ex presidente guatemalteco Serrano Elías, en 1993, porque se actuó institucionalmente por medio del Congreso, la Corte Suprema de Justicia y la Corte de Constitucionalidad.

A su juicio, ¿cuáles fueron los problemas que desembocaron en esta crisis de Honduras?

No puedo emitir una opinión analítica y a profundidad sobre los problemas de Honduras, pero se conoce que los otros poderes del Estado consideraron que Zelaya se extralimitó en sus funciones, en el marco constitucional —esto no fue de ahora, comenzó en diciembre del 2008—. Aparentemente, ha habido transgresión institucional de ambas partes, ya que se argumenta que el golpe militar obedeció a una orden judicial.

¿Condena usted este hecho?

Sí, me sumo a la condena internacional y me pregunto: ¿En qué democracia se le solicita al Ejército hacer un golpe?

¿Qué inquietudes le deja esta crisis?

En el Legislativo, la destitución de Zelaya fue por unanimidad de votos, incluso por miembros de su partido. Considero que hay transgresión de ambos lados, tanto del Congreso como del mandatario.

¿Fue realmente un golpe de Estado?

Sí, fue un golpe militar, el cual quieren vestir de otra cosa, pero no se puede ignorar la unanimidad que hubo en el Congreso para sustituir al presidente Zelaya. Con esta situación, se atenta a la salud democrática del país.

¿Era necesario un golpe de Estado?

Nadie podrá saber si era necesario, pero quisiera pensar que no lo era. No había necesidad de recurrir a la fuerza, ni de cortar la luz y el agua, y silenciar los medios de comunicación con el fin de expulsar a un gobernante de su cargo.

Ya existía una referencia en la región, con el precedente del caso de Serrano Elías, donde se frenó el abuso de la autoridad sin necesidad de un golpe militar.

¿Afectaría esto la integración centroamericana?

Ya se ha afectado. Hoy comienza una cumbre de presidentes en Nicaragua, donde asistirá Zelaya como mandatario de Honduras. El problema realmente es muy complejo, porque ¿qué sucederá si los gobernantes que asistan solo reconocen a Zelaya, y no a quien fue nombrado ayer por el Congreso?

Eso quiere decir que los mandatarios aislarían la decisión del Legislativo hondureño, y esto se puede calificar como una fractura en la integración.

¿Este golpe es un mal ejemplo para los países vecinos?

Por supuesto, cualquier intervención de fuerza refleja un mal ejemplo a otros países.

¿Podría darse una situación similar en Guatemala, luego de las tensiones que se vivieron después del asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg?

No. No vislumbro un golpe de Estado en Guatemala, debido a que todas las organizaciones políticas, partidos políticos, grupos de la sociedad civil, cámaras, empresarios y el Gobierno central le apuestan más a fortalecer la institucionalidad democrática; así que no hay cabida para una situación de fuerza militar.

¿Qué panorama vislumbra para Honduras y Centroamérica?

No sabemos cuál será la verdadera salida a esta situación. Pero existe una gran preocupación: ¿Qué sucederá con los gobernantes de la región que solo reconozcan a Zelaya como presidente de Honduras? Eso quiere decir que no reconocerán la decisión unánime del Congreso hondureño.

Es un problema realmente complejo. Varios mandatarios han mostrado su apoyo a Zelaya y se olvidan del Legislativo.